La obra que aquí se presenta muestra una parte de la fascinante vida de don Rodrigo Borja (el papa Alejandro VI) a través de tres aspectos:
Su actividad como mecenas, tanto en el Levante español como en Roma.
Su relación con lo reinos Hispanos (y más concretamente con la monarquía de los Reyes Católicos), así como sus viajes a Hispania cuando era Cardenal, y posteriormente, sus vínculos con el rey Fernando a causa de las guerras de Nápoles en las que el monarca tuvo especial interés.
La utilización de su hija Lucrecia como instrumento político.
Estos tres elementos permiten tener una visión clara de la importancia de la figura de Rodrigo Borja en la historia de la Roma papal. El estudio de su labor en Italia pone muy en cuestión la leyenda negra que rodeó a este papa para dar paso a una visión más realista de lo que fueron los Borgia en el país transalpino.