A principios del siglo XX Juli Soler recorrió y fotografió los altos valles de Huesca y, asimismo, en compañía de Francesc Carreras i Candi visitó numerosas poblaciones de las comarcas más meridionales de esta provincia aragonesa. Si bien el formato fotográfico habitual que empleó era el de 13 x 18 cm, también compuso imágenes panorámicas, especialmente de la alta montaña. Se trata de la primera publicación que muestra una selección de las fotografías captadas por el pirineísta catalán de los valles pirenaicos aragoneses.