TIRABOSCO, TOM / PERRISSIN, CHRISTIAN
En mayo de 1890, el capitán de marina Josef Konrad Korzeniowski dejó Bruselas y partió hacia el Congo. Su contrato era por tres años, trabajando para una compañía belga como comandante de un vapor que recorría el río Congo hacia las tenebrosas y misteriosas tierras del Alto Congo. Como «mensajeros de la luz», enviados por el rey Leopoldo de Bélgica, la misión oficial de los europeos era desarrollar el territorio y emancipar a las poblaciones de sus horribles y salvajes tradiciones. Sin embargo, la realidad era muy diferente. El viaje, que comenzó en Burdeos, llevó a la tripulación a recorrer Tenerife, Libreville y Boma, antes de seguir a pie hasta Kinshasa. El trayecto fue duro, la jungla densa, la fauna indomable y los encuentros inesperados.