«Cuando por un sitio no se puede pasar, hay que pasar. Se trata precisamente de eso». En esa frase de Albert Mummery, casi a modo de proverbio, se cifra el impulso inevitable que empuja a los seres humanos a adentrarse en las montañas.
Los cinco relatos que componen Hasta la última suela, buscan explicar ese mismo impulso, pero son además un apasionado canto a todas aquellas personas que se lanzan pendiente arriba, con el único objetivo de alcanzar el sueño inútil de una cumbre o una escalada de dificultad.
Así, un pionero de la escalada en roca en España, un alpinista clásico que escala una cara norte inspirado por un misterioso antecesor, una adolescente apasionada que construye su escala de valores, un veterano montañero danés que asciende cumbres en solitario o un trio de amigos de la infancia a la caza de su primer ochomil, son algunos de los personajes que comparten esa misma fiebre por la montaña. Aunque pertenecen a épocas distintas, todos ellos son compañeros de cordada, unidos por esa ilusión que les lleva a subir sin mirar atrás, gastando hasta la última suela de sus botas.