El uso de las plantas medicinales para paliar diferentes dolencias es casi tan antiguo como el hombre. Los primeros homínidos, al igual que los animales se guiaron por su instinto para distinguir los alimentos comestibles de los venenosos y con el paso del tiempo el conocimiento de los efectos que cada vegetal producía en el organismo se fue transmitiendo de generación en generación.
Este saber fue el que dio paso, miles de años después, a la industria farmacéutica que, utilizando técnicas físicas y químicas, logró extraer y aislar los principios activos de cada vegetal, de manera que en una pequeña píldora se pudiera encerrar la potencia curativa equivalente a decenas, cientos o miles de ejemplares.
Nadie sabe con seguridad en que momento un ser humano utilizó por vez primera una planta con fines medicinales, los primeros datos de su empleo están en un papiro egipcio del siglo XVII a.C. Por él y otros más, hoy se sabe que los egipcios emplearon una vasta variedad de especies vegetales combinándolas en cataplasmas, aceites e infusiones. Otras civilizaciones de los cinco continentes siguieron un camino similar, estudiando y catalogando los ejemplares de su entorno, consignando los efectos que producían en el organismo y elaborando métodos para su aplicación más eficaz.
En la Edad Media, los monjes en muchos monasterios dejaron escritos botánicos de preparaciones medicinales, hasta tónicos, licores, jarabes, etc. Pero, en dicha época muchas personas fueron acusadas de brujería debido al oscurantismo del momento.
Con el descubrimiento de América, el mundo se enriqueció notablemente, de multitud de nuevas especies vegetales y los conocimientos de los nativos sobre sus propiedades, dando auge a la medicina natural.
Conoce nuestros libros de plantas medicinales y medicina natural.