LA LEYENDA NEGRA Y LA ILUSTRACIÓN *

LA LEYENDA NEGRA Y LA ILUSTRACIÓN *

HISPANOFOBIA E HISPANOFILIA EN EL SIGLO XVIII

21,95 €
IVA inclòs
Disponible
Editorial:
EL PASEO
Any d'edició:
Matèria
Historia de España
ISBN:
978-84-949760-8-7
Pàgines:
304
Enquadernació:
Rústica
Idioma:
Castellano

Un libro fundamental para entender los orígenes modernos e ilustrados de una polémica que llega hasta nuestros días, la de la hispanofobia y la hispanofilia.

¿Cómo empezó el debate sobre la suerte histórica del imperio hispánico y la decadencia de España? ¿Cuándo se asienta realmente el prejuicio sobre lo hispano? Si bien la Leyenda Negra española se ubica como hecho político y propagandístico en siglos anteriores, es en el siglo xviii, el llamado Siglo de las Luces, cuando arranca la verdadera controversia sobre este tópico histórico y se ponen las bases para la toma de partido entre hispanófobos e hispanófilos.

El pensamiento ilustrado, especialmente de origen francés e inglés, desarrolló un intenso debate sobre España que acabó refundando y reorientando la visión historiográfica de todo lo hispánico. El abate Raynal lanzaba entonces una interesada versión negativa de la colonización de América. Igualmente, en la Encyclopédie Méthodique francesa, el ínclito Masson de Morvilliers formulaba la célebre e inopinada pregunta: «¿Qué le debe el mundo a España?»; y su sonora respuesta fue: «Nada». España era vista como un síntoma contrario a las ideas racionales y de progreso, un país pintoresco pero miserable y en imparable decadencia. De otro lado, había quien suavizaba esa sima y no percibía tanta diferencia entre la España y la Europa de entonces.

El célebre hispanista Ronald Hilton ofreció en este libro inédito en nuestro idioma un imprescindible y matizado panorama de los albores de este cruce entre la hispanofobia y la hispanofilia. Desfilan por estas páginas enciclopedistas, viajeros, diplomáticos, geógrafos, historiadores, naturalistas Raynal, Masson, Baretti, Bowle, Twiss, Swinburne, muchos de ellos hoy en el olvido, pero por entonces «con un rango comparable al de Rousseau y de Voltaire». De fondo, España parecía la víctima propicia de una contienda ideológica mayor.