Bombay, que ahora se llama Mumbai, y Goa son dos de las principales atracciones turísticas del sur de India. Bombay es, además, la puerta del Subcontinente, el legendario puerto marítimo por donde antaño arribaban los bajeles de los comerciantes árabes, los vapores de pasajeros y los paquebotes de mercancías y donde hoy aterrizan todas las aerolíneas cargadas de viajeros desde Europa.
La actual Mumbai es una ciudad moderna, cosmopolita, vibrante, sede de Bollywood, es decir, capital del cine indio, con mercados fascinantes y hoteles y restaurantes de todo tipo, desde los más lujosos hasta sencillos alojamientos y puestos callejeros donde tomar un tentempié.
Pero después de unos días en esta megaurbe, lo mejor es partir hacia un entorno opuesto: las playas de Goa, uno de los estados más pequeños de la Unión India, colonia portuguesa hasta tiempos tan recientes como los primeros años sesenta. Y fue poco después cuando este paraíso tropical se convirtió en una de las mecas favoritas de los hippies en busca del Nirvana.
Aunque los tiempos han cambiado, Goa sigue ofreciendo a sus visitantes playas tropicales de ensueño, aguas inmaculadas, cocina deliciosa, mercadillos miticos como el de Anjuna y todo tipo de facilidades.